Alumnos estrella

¿Han escuchado el mito de que cuando haces clases sólo se salvan dos o tres de un grupo de 30?, bueno, mi curso de cómic independiente norteamericano de la UDP/American Corner, comenzó con 40 alumnos, de los cuales, a mitad de camino como a menudo sucede en un curso gratis de viernes por la tarde, continuó la mitad, lo cual sigue siendo un número alto y en rigor más manejable y personalizado. El asunto es que mis 20 alumnos son lo máximo. Van a clases, hacen las tareas y son secos!. Es un verdadero agrado enseñar a personas que están ávidas de aprender, que se hacen el tiempo para ser creativos y atreverse a hacer algo diferente y difícil, que se entusiasman con un proceso lento y gratificante. Así dan ganas de ser profe y no es que en mis otros cursos no me pase lo mismo, me pasa lo típico, dos o tres se salvan y al resto no le interesa mucho el tema y enfrentan su educación más como un trámite que como una oportunidad. Me da un poco de pena por ellos cuando no se dan cuenta de que son privilegiados de poder estudiar arte en la Universidad, porque una vez que salgan les va a caer la teja de que era "EL" momento de aprender y de entrenar sus habilidades, porque al final el talento se pulveriza si no se entrena. Tengo alumnos con talento pero rematados de flojos con un ego tan grande que no son capaces de comportarse como alumnos. Se les nota mucho que son ellos los que quieren enseñar. Y se aprende de ellos, se aprende que lo más importante en un alumno son sus ganas de aprender, su esfuerzo, su evolución, sus dudas, sus inquietudes. Que tenga dedos para el piano es otro tema y es un tema trillado, los talentosos humildes escacean. Pero en mi clase de cómic no, afortunadamente y lo agradezco, porque no pasa todos los días.